El pasado 5 de julio, lunes, decidí pasar por la exposición «Juan de la Cosa y la época de los descubrimientos», parada obligada para quien, como yo, se había atrevido a escribir una novela histórica sobre dicho personaje.
La Primera Sala llevaba el título de «Juan de la Cosa y Santoña». Pude allí admirar un grabado de Santiago Matamoros, cedido por la Parroquia de Santa María y un excelente escudo de la familia Morales de los Ríos y Pineda, de hace casi quinientos años, conservado en madera, una guasa para los fabricantes de miradores de pvc.