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miércoles, 28 de mayo de 2014
lunes, 26 de mayo de 2014
S.O.S. LIBROS (FAHRENHEIT 451 POR LO BAJINIS)
Mientras
estamos discutiendo sobre si los e-book suponen o no un avance, sobre la
piratería informática, sobre las pérdidas editoriales; mientras los escritores
se mesan las barbas y los moños con tanto como “han dejado de ganar” a
consecuencia de las descargas ilegales; mientras los medios discuten de la baja calidad de la
lectura entre nuestros jóvenes; mientras nos horrorizamos ante los informes
PISA; mientras todos nos empujamos por ver si publicamos nuestras obritas;
mientras contemplamos pasmados cómo los bestselerados son subidos a las más
altas cumbres de lo académico; mientras todo esto sucede, nos estamos quedando,
poco a poco, paso a paso, con nocturnidad y alevosía, sin libros físicos, de
esos de carne de papel, los de siempre, los clásicos modernos y no pocos
clásicos del pasado; y este proceso, amigos, este proceso que fluye imparable
bajo nuestros pies, no tiene vuelta atrás.
miércoles, 21 de mayo de 2014
EL VICIO ENÉSIMO DE LA NOVELA HISTÓRICA
EL VICIO ENÉSIMO DE LA NOVELA HISTÓRICA.
En mi polémica relación de los vicios de la novela histórica se me quedó
uno en el tintero. No lo añadí porque no se correspondía con el arte, sino con
el escritor; no con la víctima, sino con el perpetrador. En este país se
escribe y escribe, pero no se lee, no se lee. Ni siquiera los que están
obligados a ello, los escritores, cumplen con el requisito básico de la
lectura. Nuestros escritores no leen ni novela histórica, ni novela no
histórica; de clásicos nada, de vanguardias menos, "yuyu".
domingo, 11 de mayo de 2014
LOS TRECE VICIOS DE LA NOVELA HISTÓRICA
La novela histórica tiene una bien
merecida mala fama. Los escritores que se dedican a ella se revuelven indignados
ante tanta incomprensión, pero lo cierto es que algo hay de verdad en ese
runrún porque, en un elevadísimo porcentaje, las obras que se publican son más dignas
de kiosko que de librería. Veamos cuáles son, en mi humilde saber y entender, los vicios que corroen al subgénero, vicios en
los que, quizá, yo mismo haya incurrido en alguna de mis obras, lo digo por
delante:
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