martes, 23 de julio de 2013

Los perros alananos y Juan de la Cosa

Los perros alanos, de orejas cortadas para que no se las arrancasen en combate, fueron la más terrorífica de las armas de los españoles en el Caribe. Allá no había perros, salvo en Cuba, una especie de gozquecillos que ni ladraban siquiera.


Por eso, cuando los indios, excelentes en el arte del camuflaje y en el uso de los dardos emponzoñados, se veían acosados por semejantes fieras, entrenadas para matar, abandonaban sus escondrijos naturales entre el verde de la selva y sus armas y sólo pensaban en escapar de aquellos dientes determinados y fieros; son espeluznantes las carnicerías que cuentan las crónicas de la época. El primero en utilizarlos fue Alonso de Ojeda (u Hojeda) con su famoso perro Tigrillo, en la batalla del Valle Real, donde vencieron a Caonabó. En definitiva, que el arma más poderosa de los indios: el camuflaje y el conocimiento del medio, fue anulada por los alanos de Castilla. Es probable que las naos españolas fueran reconocidas a muchas leguas de distancia, en alta mar, por el ladrido de sus perros. Juan de la Cosa, que se sepa, utilizó perros alanos en la toma de la isla de Codego, en la ensenada de Calamar, actual Cartagena. Pero, ¿era partidario de esa poderosa arma?, ¿no? ¿Por qué la utilizó entonces? Mañana lo desvelaremos en este foro. Por cierto, supongo que nuestros amigos de Santoña sepan que en esa villa existe un criador de perros alanos: Fonso.

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