viernes, 2 de agosto de 2013

LA ANTERIOR GRAN CRISIS. SIGLO XV

El otro día, en la Fiesta de la Sidra de Escalante, unos sidreros muy majos, astures, claro, me preguntaron, porque yo era escritor y tendría que saber, según su opinión, algo sobre el asunto, que cuál habría sido la gran crisis anterior y que cuánto duró. Creo que esperaban que les dijese que la del 1929, pero yo sostuve que, tan grande, tan grande como la nuestra, fue la del siglo XV y duró un siglo. Gracias a ella se descubrió América y por eso hablamos ahora de Juan de la Cosa y sus compinches.

 Ponían los sidreros ojos como platos, pero creo que les demostré que tenia razón. Eso voy a hacer ahora. Primero hablaremos de los siglos XI, XII y XIII, que fueron tiempos de bonanza, en los que se introdujeron nuevos cultivos: la cebada, el centeno; y nuevas tecnologías como el arado metálico, el caballo que sustituyó al buey, la roturación de los campos, la alternancia de cultivos. Aumentaron los productos y ¿qué vino luego?, el comercio; prosperaron las ciudades italianas como Génova, Venecia y con Marco Polo se consolidó la ruta de las especias. Es decir, que vivían de cine, eran ochenta millones de personas en Europa, en una burbuja agrícola y comercial que parecía que nunca iba a pincharse. ¿Les suena algo todo esto? Pero, ¡Ay, amigos!, desde 1320 hasta 1360 descendió la temperatura, como media, uno y medio grados Celsius. No fue de repente, sino poquito a poco. Esto también les ha de resultará familiar. ¿Qué fue de la  cebada, del centeno?, que se agostaron las cosechas. ¿Y del comercio?, que se fue a hacer puñetas y la economía se colapsó, asomó la cabeza el fantasma del hambre y, como no hay mal que venga solo, llegó….LA PESTE; la peste negra, que la trajeron los barcos provenientes de Oriente Medio. No eran las ratas las culpables, sino las pulgas que estas portaban. El contagio era tan intenso, que bastaba respirar el aire exhalado por un apestado para contraer la enfermedad. Las grandes ciudades quedaron reducidas a la mitad de su población y, de los ochenta millones de habitantes que tenía Europa murieron treinta. ¿Se hacen ustedes una idea del caos económico de aquellos tiempos? Pero, ¡amiguito!, los señores nobles querían seguir con sus ingresos en pechas y en especie, con lo que vinieron las grandes revueltas, una de las cuales, la más importante en España, fue la de los irmandiños galegos, de la que podríamos estar hablando durante horas, y aconsejo que si nada se sabe del tema, que se mire en internet, que merece la pena. Bueno, que me pierdo, resulta que los señores nobles y los reyes querían seguir manteniendo el tipo y lucharon entre ellos por nuevas tierras, reino contra reino, duques contra villanos, ingleses contra franceses, españoles contra moros, etc, etc. ¿Les suena la guerra de los Cien Años? ¿Y la de los Treinta Años? ¿Y la de Granada? Pues eso, que asolaron Europa los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: el hambre, la peste, la guerra y la muerte. ¿Y todo ello por qué? Por la disminución porcentual de un grado y medio de la temperatura ambiente en el hemisferio norte. ¡Manda madre! Pasado mañana seguiremos con las consecuencias de todo lo anterior, donde entrarán en liza los Descubridores, con Colón, Juanín, las naos y las carabelas y, por supuesto, los turcos. 

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